La moda que ha nacido en España de construir centros de
interpretación, ha llevado a desvirtuar el significado de la interpretación del
patrimonio, ya que ésta se centra en traducir el lenguaje técnico que se usa
sobre nuestro patrimonio cultural, histórico y natural, para que los no
entendidos en la materia comprendan mejor el contenido de los diferentes
lugares de nuestro patrimonio. Es decir, está centrada en el público general,
ya sean visitantes, turistas o familias que van de visita. Por otro lado, el
autor del texto también nos propone que la interpretación se ayuda de
diferentes métodos para explicar de una manera atractiva y fácil a ésos
visitantes que desconocen lo que visitan y el contexto que le rodea. Debido a
esto y para facilitar mucho más la visita, surge la figura del guía, al que el
autor lo considera mejor que cualquier medio audiovisual o panel informativo.
Pero uno de los principales motivos por los que se
construyen estos centros de interpretación es la alta demanda que tienen
algunos lugares y esto conlleva varios problemas, uno de ellos es que hay una
mala interpretación del significado de “centro de interpretación” ya que dichos
centros cumplen una mayor función informativa que interpretativa. Otro problema
y sería el “gran problema” de los centros de interpretación es lo complicado
que es llegar a los distintas gentes que los visitan, es decir, hacer un centro
que sea interesante, atractivo y educativo para niños, jóvenes, adultos y
mayores, es muy difícil conseguir llegar a los distintos grupos que nombramos.
Y finalmente, surge otro gran problema, es que casi todos los centros de
interpretación son públicos y son gestionados por políticos o amigos de éstos,
y no por técnicos profesionales de la materia, a parte de las cantidades de
dinero que entran en juego y son despilfarradas en su construcción, dando
“pequeños pelotazos” con los presupuestos creados para su creación.
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