Ante la pregunta del autor del texto sobre si el patrimonio
cultural es algo de lo que puede prescindir la sociedad en un momento en el que
vivimos en la actualidad, en el de una crisis económica bastante grave. Xavier
Greffe, nos brinda dos argumentos sobre la importancia del patrimonio cultural
y por el cual no debemos darle de lado: 1) el patrimonio se corresponde con un ámbito
de actividades y de puestos de trabajo que está muy lejos de ser marginal o sin
futuro y que, por tanto, debe conservar su potencial; 2) el patrimonio
desempeña una función en el desarrollo sostenible y, a la vista de los
argumentos que apoyan esta tesis, parece que si cuidamos el patrimonio
estaremos cuidando el futuro.
Por lo que deberíamos de darle la importancia que le merece
y tener unos objetivos a largo plazo, para poder crear nuevas actividades que
sean interesantes para la sociedad en su conjunto y hacerlo atractivo para esas
élites políticas y empresariales, que no le dan importancia a cualquier cosa
que no sea rentable y no les dé beneficios económicos, ya que, para ellos, algo
si no es rentable económicamente, no merece la pena. Por lo que se debería de
trabajar en la creación, conservación y cuidado de monumentos, museos,
festivales, galerías de arte… ya que éstos son rentables tanto culturalmente
como económicamente para la sociedad.
Otro de los beneficios son los puestos de trabajo que están
relacionados, ya sea de manera directa o indirecta, con el patrimonio cultural.
Por lo que si prescindiéramos del patrimonio cultural y todo lo que le rodea,
serían puestos de trabajo que desaparecerían, lo que sería un dato negativo
para la sociedad, por ejemplo, personas que trabajan en museos, técnicos de
conservación o rehabilitación del patrimonio, se irían al paro directamente.
Sin duda, el turismo cultural es uno de los mayores aliados
para la defensa del patrimonio cultural, ¿qué sería la ciudad de Roma sin el
turismo cultural? Ya que contribuye de manera considerable en el desarrollo
sostenible de nuestras sociedades a la vez que contribuye en el desarrollo de
sus actividades económicas, sociales, paisajísticos o medioambientales.
El patrimonio cultural, a parte de contribuir en el
desarrollo social, también brinda una serie de beneficios prácticos: 1)
beneficios educativos y de conocimiento 2) los beneficios sociales de las artes
para la comunidad pueden clasificarse en tres categorías: la modificación de
los comportamientos de los individuos en el sentido de una mayor socialización;
la aplicación de procesos de integración social; la simplificación de
interacciones entre los diferentes miembros de la comunidad, lo que permite
generar un capital social. Por otro lado, los comportamientos de las personas
hacia el patrimonio se ven influidos por las creencias, las actitudes y las
motivaciones.
Otro de los beneficios de la conservación del patrimonio es
que éste contribuye a un mejor equilibrio medioambiental. Esto es debido a que
las construcciones antiguas hacen ahorrar más energía, tanto en lo que se
refiere a la construcción del elemento en sí,
como en lo que respecta a la energía gastada. Un dato relevante, que nos
sirve de ejemplo, es que el coeficiente de gasto de energía se multiplica por
tres al pasar de una construcción antigua a una moderna. Y un grave error sería
la creciente tendencia de no conservar monumentos antiguos (madera, piedra…) en
beneficio de construcciones modernas (plástico, aluminio…).
Otra contribución del patrimonio es lo que aporta a la
belleza de nuestras ciudades. En la actualidad, la calidad de las ciudades
depende en gran medida de la forma armoniosa en que éstas han sabido disponer
su patrimonio con el resto de edificios y espacios, de manera que se refuerzan
mutuamente sus propósitos.
Dentro de las particularidades que nos ofrece el patrimonio
cultural, tenemos el patrimonio inmaterial. Mientras que la conservación del
patrimonio cultural material se apoya en referencias físicas, históricas y
artísticas, la valoración del patrimonio cultural inmaterial no es análoga,
sino que aplican lógicas colectivas diferentes. El patrimonio inmaterial tiene
que estar dotado de sentido y de valor, y para su conservación será preciso la
formación y la transmisión a través de actividades.
Otro aspecto importante, y que es fundamental para el futuro
del patrimonio cultural, es hacerlo interesante para los jóvenes. En la
actualidad, con el amplio abanico de tecnologías que poseemos deberíamos llegar
a los jóvenes a través de las redes sociales, ya que son fundamentales hoy en
día, no sólo para llegar a la juventud, si no tanto a jóvenes como a adultos.
Como conclusión diría que todo lo que se relaciona con el
patrimonio cultural es todo muy complejo, ya que lo que para algunos es todo,
para otros es nada, todo es muy subjetivo. También lo hace aún más difícil el
poder crear un “producto” que sea interesante para niños, jóvenes, adultos y
mayores, y crear un mensaje al que todos les llegue la esencia de lo que
queremos transmitir de una manera sencilla. La crisis económica que vivimos
complica muchísimo el desarrollo del patrimonio, sobre todo su conservación, pero
hay que adaptarse a la situación y explotar de la mejor manera posible los
recursos de los que disponemos. Hay muchas cosas que mejorar, pero en
comparación con hace cincuenta años la situación del patrimonio cultural ha
mejorado de una manera considerable, por ello, no nos podemos dormir y seguir
luchando por lo que queremos conseguir, sabemos que es difícil, pero no imposible.
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